Preparación: En una cazuela de barro ponemos las almejas con un poco de sal y cubiertas de agua
fría por espacio de 10 minutos y, de cuando en cuando, las removemos con las manos
para que vayan soltando la arena. Después se pasan por agua fría para eliminar los
restos de sal que pudieran quedar. En una sartén vertemos un poco de agua hasta que
hierva. Echamos las almejas y cuando empiezan a abrirse las retiramos del fuego. Las
abrimos a mano, eliminando la concha vacía y dejamos el cuerpo con un lado de la
concha. Se reserva aparte. En la cazuela de barro con aceite ponemos la cebolla, el
perejil y el ajo picados a fuego lento hasta que se vaya pochando. Entonces se agregan
las almejas y se añade una cucharada de harina y otra de pan rallado. Añadimos
un poco de caldo de la sartén, que habíamos reservado y medio vaso de vino blanco
y se deja hervir entre 2 y 4 minutos, para, posteriormente, servir al plato. ¡BUEN PROVECHO!
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